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Capítulo 02.

—Mami, mami, mami.

Junseo corría, con sus pequeñas piernas, alrededor de Jimin. El hombre de rulos dirigió la mirada a su bebé y le regaló una sonrisa. El pequeño dejó de correr y puso una mano en su pecho, en señal de cansancio.

—¿Qué pasa, Jun?

—Tengo hambre, mami.

Jimin cargó el cuerpo entre sus brazos, el niño apoyó su cabeza en el hombro de su mamá y metió su puño en su boca.

—Bebé, ya habíamos hablado sobre no morder tus deditos.

—Perdón —hizo un pequeño puchero.

—No quiero que te lastimes, solo es eso.

—Lo sé, mami jamás lástima.

—Jamás —dio un beso en su mejilla—. Te puedo dar algunas galletas en lo que hago el almuerzo, ¿te gustaría?

—¡Si! —exclamó con emoción.

—Bien.

Al llegar a la cocina, Jimin sentó a Junseo sobre la barra. Tomó camino hacia un estante y sacó de él un paquete de galletas, luego fue a la heladera y sacó una caja de jugo de frutas. Volteó el contenido de esta en un vaso y puso las crackers en un plato.

—Ten, amor —lo bajó de su "asiento" y le tendió ambas cosas—. Puedes ir a ver dibujitos a la sala si quieres.

—Gracias —asintió con su cabeza—. ¿Puedo ir a jugar con mis muñecos arriba, mami?

—Claro, ve, te llamaré cuando esté lista la comida.

✧✦✧

Las piernas de Junseo iban enganchadas en la cintura de Jimin mientras caminaba apresurado. Seonghwa lo había llamado por una emergencia que, según él, era urgente urgente, urgente. Si, tres urgentes.

Llegó a la puerta del bar y vio a Seonghwa dirigiendo (gritando) a personas para que acomodaran adecuadamente sus preciadas mesas y sillas. Tocó el hombro del alfa quien se dio vuelta casi gruñendo.

—¡Gracias a Dios!

—Hola, Seong.

—Hola, Jimin —posó su mirada al cuerpito escondido entre los brazos de Park—. Pensé que ibas a traer a tu hijo.

Una pequeña risa se escuchó y Junseo escondió más su cara contra el cuerpo de Jimin.

—Que lástima que no vino, tenía preparados muchos dulces para él.

—Aquí estoy —salió de su escondite—. Soy yo, tío.

—Hola, bebé.

El niño ahora estaba rodeado por los brazos de Seonghwa.

—Si distraemos a tu mami, voy a darte muchos caramelos.

—Ok —se detuvo a pensar—. Mami hay una araña nome detrás de ti —exclamó el niño con falsa preocupación y Jimin solo levantó una ceja.

—Hijo...

—Gigante, gigante.

Seonghwa rio y chocó los cinco con su "sobrino".

—Seong, ¿para qué me llamabas?

—Oh si —dejó a Junseo en el suelo—. Los clientes exclusivos me pidieron el bar para hoy a la noche y necesito tu ayuda, como mesero —recorrió las mesas hasta llegar la barra—. Te pago extra, obviamente.

—No tengo con quien dejar a Junseo.

—Sabes que siempre tiene disponible su habitación.

"Su habitación" era un pequeño cuarto donde Seonghwa tenía una cama, juegos y algunos libros. Él dormía ahí cuando Yeosang se enojaba y terminaban peleando.

De todos modos, Jimin necesitaba el dinero extra. Tal vez le podría comprar algún nuevo libro a su hijo, o comenzar a ahorrar para un pastel de cumpleaños.

Si, eso sonaba bien.

—Está bien, seré tu mesero —sonrió.

—Que bueno, porque llegan en una hora.

—¿Una hora?

—Si, así que hay que apurarnos para terminar de acomodar esto.

—Bien.

Estuvieron cuarenta y cinco minutos para, finalmente, terminar de acomodar todo el salón. La mesa había sido decorada de una manera hermosa, mantel blanco y unos delicados platos con decoraciones en dorado.

Jimin agarró a su niño y lo llevó a "su habitación", le dio varios juguetes y algunos libros que, aunque no llegaba a leer de manera correcta, le encantaban. También dejó algo para que tomara y comiera.

—Amor, tú no puedes salir de aquí, ¿si? Mami va a estar trabajando y necesito que solo salgas si yo te busco.

—Está bien, mami.

—Muy bien, te amo.

—Te amo, mucho.

El ojiverde salió en el momento perfecto para recibir a los primeros invitados. Los ubicó en el orden que el jefe pidió.

Su vista volvió a chocar con esos ojos azules. Impecables y pulcros. Dio un asentimiento de cabeza para que el hombre avanzara hacia él.

—Buenas noches.

—Buenas noches.

—Nombre, por favor.

—Jeon Jungkook.

—Bien, su silla está del lado derecho, cuarta ubicación.

—Muchas gracias.

Jungkook le dio una sonrisa amable mientras se alejaba hasta acomodarse en su asiento. Jimin sintió una palmada en su trasero y giró su rostro, Yeosang estaba parado tras él.

—Hey.

—Hola, cariño.

—¿Qué haces aquí?

—Música para ambientar, fue pedida.

—Wow.

—Si, lo sé, quien diría que estos riquillos iban a saber disfrutar sobre buena música.

Jimin rió y despidió al músico, viendo como se dirigía a un escenario decorado elegantemente con algunas luces.

✧✦✧

Para Jungkook, el transcurso de la noche había sido complemente agobiante. Las charlas eran monótonas y aburridas; cuentas, dinero, papeles, contratos y más dinero.

La única forma de distracción que encontraba era mirar sobre la cabeza de sus acompañante fijamente hacia la barra donde un hombre rizado acomodaba botellas y elegía vinos. Pues, el olor de ese omega lo había cautivado desde el primer acercamiento, sumando sus lindos ojos, hermoso cabello y fino acento eran, para Jungkook, la mejor combinación.

En un momento de "pausa trabajadora", el hombre de ojos azules decidió ir al lugar donde su vista había estado perdida toda la noche.

—Hola.

—Hola, ¿necesita algo?

—No, en realidad no —se sentó en una silla—. Pero pareces ser la única persona con una chispa de vida en este lugar.

—¿Reunión complicada?

—Más como una reunión densa... pesada.

—Es una pena, señor Jeon, podría gastar su tiempo en cosas mejores —Jimin no quería que se sonara en doble sentido, sin embargo lo hizo.

—Um, señor...

—Park, Park Jimin.

—Señor Park, proponga, ¿cuál cree que sería la forma apropiada de gastar mi tiempo? —acercó su cuerpo hacia adelante, solo un poco.

—No lo sé, supongo que un hombre como tú debe tener muchas invitaciones más que un grupo de hombres mayores hablando de números.

—¿Hombres cómo yo? —preguntó con una sonrisa, completamente radiante.

—Oh, por favor, pare —las mejillas de Jimin están rojas y Jungkook solo quería pasar sus manos por ahí para sentir la piel suave del omega.

—Bueno, si se le ocurre alguna mejor forma de pasar la noche, búsqueme —Jungkook guiñó un ojo antes de darse vuelta y volver a su mesa. Sin embargo, giró su cuerpo y se acercó más a Jimin—. Por favor, puedes tutearme, me hace sentir viejo que me trates de usted.

—Está bien —sus mejillas estaban rojas, de nuevo.

Ok, Jimin sentía que se podía desmayar en cualquier momento.

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